Be wood, my friend

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La madera es uno de los materiales más auténticos y naturales. Aunque ha sido desplazado por el plástico o por el aglomerado para muchos de sus usos domésticos y mobiliarios, en la era eco ahora vive una nueva época de reivindicación. ¿Acaso ellos pueden utilizarse para decir que alguien tiene madera de algo para hablar de su talento?

Mientras estudiaba Derecho y Filosofía en la Sorbona, Arthur Lochmann encontró en la carpintería un oficio y una manera de vivir. Ilustrado en la facultad y con la gubia, escribió La vida sólida. La carpintería como ética del hacer, en el que profundiza y diserta sobre qué pueden aportar los oficios artesanales y los trabajos manuales a la acelerada vida actual. «Somos cada vez más, a lo largo de nuestras vidas modernas, los que cambiamos de manera radical de trayectoria. Muy a menudo es para entrar en un oficio artesanal», sostiene.

A través de su propia experiencia, hace una mirada sobre un material que ha acompañado durante siglos al ser humano, reivindicando el conocimiento ancestral y un trabajo que, aunque tradicional, también puede ser vanguardista. Un refugio manual y una «ética del buen hacer» para bajar las revoluciones cuando la vida va a una velocidad frenética. En este caso, la carpintería es un ejemplo, pero su experiencia es extrapolable al auge de las clases de cerámica, tan de moda en los últimos años.

Galo Martín cuenta la apasionante historia de Arthur Lochmann en este reportaje.

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