Buenas noches, «siuu»: por qué la IA de Cristiano está sustituyendo a tu mejor amigo

Como muchos predijeron, la distopía que planteaba Spike Jonze en Her, ha terminado por cumplirse… eso sí, no en la voz de Scarlett Johansson sino en la de el Bicho. Los vídeos motivacionales con su voz clonada son solo la punta del iceberg: además de debates sobre la ética de los deepfakes, también abren la puerta a nuevos usos de la inteligencia artificial para combatir la soledad.


Cristiano Ronaldo, la estrella del fútbol mundial, se fue del Real Madrid en el verano de 2018. Lo hacía después de casi una década jugando en España donde dividió al país en un enfrentamiento con el azulgrana Lionel Messi que llenó portadas y tertulias deportivas hasta decir basta. Una leyenda. Por sus goles, por su voracidad competitiva, pero nunca, siendo precisos, por haber caído a la gente lo que se dice simpático. Incluso hay datos sobre ello: el pasado 2022, cuando todavía jugaba en el Manchester United, un estudio del Instituto Alan Turing de Reino Unido revelaba, de hecho, que CR7 era nada menos que el jugador de la liga inglesa más odiado en las redes sociales.

De España no hay datos como tal. En la memoria queda aquello de «me tienen envidia porque soy guapo y rico», pero poco más. En los últimos meses, sin embargo, sin una sola entrevista ni declaración mediante, ha llegado a convertirse en uno de los ídolos más cercanos de todas las redes. El que mediáticamente era considerado por muchos como la quinta esencia del chuloplaya, el engreído superior o principal bestiario de la masculinidad tóxica, ha transmutado, sin quererlo ni beberlo en consejero espiritual, amoroso y emocional, para miles de chavales. El tipo que caía fatal a medio universo, de repente se ha convertido en el adalid del buen rollo. Para muestra un botón:

Los vídeos motivacionales con la voz clonada de el Bicho se han hecho tan virales que apenas se puede pisar una red social sin encontrártelos. Aunque algunos procedían de la cuenta del creador de contenido SoyChrisRG, muchos otros eran creados y compartidos por diferentes usuarios mediante una inteligencia artificial que permite recrear la voz de distintos personajes públicos.

La propia cuenta del Real Madrid en TikTok llegó a publicar uno de los más compartidos. Ese que comienza diciendo: «Me dijeron que todavía estás acostado, que todavía no te levantas, que no te has lavado la carita, recuerda que tienes que disfrutar de la vida. Somos los dos guapos, aunque no seas más guapo que el bicho, eh». Eso, buen rollo. Lo que te mandaría un buen amigo un día de bajón, te lo dice Cristiano con su característico y gutural siuuu para terminar el discurso.

Todo el vídeo, además, con la lacrimógena banda sonora de Up, la película de Pixar catarsis de la ternura, como música de fondo. Y si bien el aderezo Disney es la traca de lo que, en principio, podría parecer una estrategia de marketing excelsa para lavar la imagen del jugador, no hay nada más lejos. Se trata, sencillamente, de las nuevas formas de creación de contenido por parte de los usuarios, toda vez que las aplicaciones de deep fake –recordemos el revuelo con el conocido anuncio que empleaba a Lola Flores– se han terminado por democratizar: ChatGPT era la punta del iceberg de lo que ya es una realidad. Cristiano Ronaldo aparece en algunos audios hasta cantando canciones de Estopa.  

Solos frente a la máquina

El caso pone de relieve que la legislación en torno al falseamiento de la voz, ya no digamos del rostro o el cuerpo de terceros es hoy por hoy uno de los grandes melones por abrir en lo que a la Inteligencia Artificial se refiere. Siempre se habla de sus riesgos de los posibles ciberdelitos, la mayoría de índole sexual o contra el honor personal del afectado o de la afectada. Los inocentes audios del exdelantero madridista, sin embargo, son un ejemplo, en realidad, de la otra cara de la moneda, la que viene a construir la IA desde un punto de vista, en principio, sano. Positivo. Fresco. Hasta gracioso.

Eso no le exime de mostrar los síntomas de un nuevo tiempo y de una arquitectura social cada vez más necesitada de la tecnología en su vida personal. Porque en cuanto a la transformación de la imagen proyectada durante toda una carrera por Cristiano a través de un audio tuneado, cualquier experto marketiniano lo pondría de ejemplo para explicar hasta qué punto llegan los milagros de la IA. Pero para comprender la profundidad del fenómeno, lo que puede y están empezando a significar este tipo de contenidos para los usuarios, solo hay que mirar hasta qué punto esa voz de un ídolo puede llegar a tener relevancia en la intimidad de cada uno.

Hay usuarios que ya dicen utilizar el audio de marras como despertador o tono de llamada. Las temáticas en cada nuevo audio ya traspasan por mucho la falta de sutileza de la cultura de la autoayuda. Hay hasta consejos de el Bicho sobre cómo hacer para superar rupturas sentimentales. «Nada es para siempre, ni lo bueno ni lo malo. El tiempo cura todo», dice en otro de los vídeos virales. Si uno pone las palabras clave feliz, audios y Cristiano en Twitter, escarba en los comentarios de Instagram o repasa las reacciones en TikTok, la sorpresa mayúscula viene por cómo son decenas los que ya no se lo toman para nada chiste, sino que confiesan que cada día escuchan esos mismos audios porque sencillamente les alegra el día. Les acompaña. Y si lo que la IA de Cristiano Ronaldo dice como si fuera un buen amigo no te lo tomas a broma, es probable que lo que haya de fondo sea una ausencia latente de un buen amigo.

La hipótesis tiene su lógica en los datos. El Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada señaló en su último estudio de 2023 que un 21,9% de los jóvenes españoles dice sentirse solo. La mitad de ellos explica que es la causa más importante es la dificultad para relacionarse con los demás. Si añadimos un segundo estudio a la ecuación, este por parte de la empresa DYM Market Research, se señala que quienes experimentan más soledad pasan unas 15 horas al día en redes sociales. Los que se encuentran en ese grupo, remarcan, pasan, de media, 19 horas a la semana con familiares, amigos y pareja, mientras que el resto lo hace un promedio de 31 horas semanales. Es una pescadilla que se muerde la cola: a más tecnología, más soledad; a más soledad, más necesaria se hace la tecnología.

Ser Joaquín Phoenix

Suele ocurrir que la ficción va por delante de la realidad. Her (2013), la película de Spike Jonze protagonizada por Joaquin Phoenix y la voz de Scarlett Johansson, plantea la relación amorosa entre una IA y su usuario, quien se siente solo e incapaz de superar una ruptura sentimental. El debate de la película está en la artificialidad de la relación, valga la redundancia. Cómo el protagonista de la historia prefiere huir del contacto humano y tender hacia lo digital, una pareja personalizada directamente por y para él. Teniendo esto en cuenta, no hay mucha distancia entre la utilidad de la voz de Johansson y la de Cristiano, solo matices.

Sus similitudes están en cómo sin embargo el refinamiento de la ‘sentimentalidad’ de la Inteligencia Artificial fruto de la personalización en cuanto a los gustos del usuario comienzan a ser realidades palpables. Los matices entre la IA de la película y los audios de Cristiano están en su producción: es solo cuestión de tiempo que las empresas empiecen a crear estas IAs en cadena. La cuestión de la soledad, de hecho, está ya asentada como la razón, y a la postre el target, para excusar su existencia. Reino Unido ya creó un Ministerio de la Soledad en 2018. Japón, con la tasa de suicidios más alta del mundo, ya cuenta con él.

Hay una preocupación política, sí, pero también empresas y una rentabilidad potencial. Ejemplos, de hecho, ya hay. Cientos. Cualquier país mínimamente implicado en el mercado tecnológico cuenta ya con decenas de startups cuyos objetivos están en esa misma combinación del acompañamiento personalizado. Uno de los más conocidos quizás sea el de Replika, que permite hasta tener juegos de rol eróticos con la propia IA. ¿Será posible algún día tener conversaciones subidas de tono con Cristiano Ronaldo? ¿Hasta qué punto echaremos de menos el tacto o el sudor toda vez nuestro interlocutor nos sea cercano, artificial, sí, pero sin todas las intermediaciones que dificultan cualquier relación humana?

Solo tenemos la certeza de que es más probable que la realidad de Her llegue a ser una tangible que el hecho de que Cristiano Ronaldo sea tan antipático como la gente se piensa. Una ya es real y palpable; la otra, es sencillamente una suposición mediática. En todo caso, ficciones. Y ya se sabe: en el fondo, es verdaderamente difícil saber cuánto hay de realidad en la ficción, aunque sí sepamos, sin embargo, que toda ficción ya es siempre, desde el mismo momento de su creación, hasta cierto punto, verdadera. Como CR7 despertándote por las mañanas.

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