Cantarriján, un paraíso natural para disfrutar… al natural

La playa granadina de Cantarriján es uno de los enclaves naturistas más relevantes de España. La visita de instagramers de todo el mundo, portadas en revistas de referencia, una asociación cada vez más numerosa y su calendario de actividades conviven con una profunda conciencia ecologista que une a jóvenes y mayores.


Probablemente no haya una provincia en España que acumule tal cantidad de símbolos, de historia recogida ya sea social, cultural o arquitectónica. Granada tiene eso. La Alhambra convierte a la capital en la cuarta ciudad más visitada del país. Al mismo tiempo, si uno se lo propone, podría llevarse una vida recorriendo rincón a rincón cada pueblo reconociendo enclaves únicos. Símbolos, casi universales, sobre lo humano. Entre ellos, la playa nudista de Cantarriján es quizás uno de los más desconocidos. Un paraíso escondido, al que cuesta incluso acceder, y cuya tradición naturista se remonta a más de medio siglo.

Fue precisamente esa dificultad de acceso, por la mera orografía de la zona, la que posibilitó que aún en pleno franquismo la cultura nudista empezara a aflorar. Auspiciada por los movimientos contraculturales de la época, con la referencia más evidente del movimiento hippie, prescindir del bañadory disfrutar en este paraje natural de la Costa Tropical granadina se convirtió en norma.

Aquello fue a finales de los 70, y aunque con altibajos, llega hasta nuestros días. De aquellos años de aperturismo en democracia, con el turismo extranjero y los propios locales que se fueron apuntando a esta cultura naturista, se puede establecer una línea hasta el cambio de siglo donde, sobre todo en esta última década, Cantarriján se ha convertido en un lugar de moda internacional.

Con la llegada de las redes sociales, el naturismo, que ocupaba un lugar contracultural, ha devenido en un movimiento con millones de seguidores. Instagram o Youtube han sido cuna de nuevos referentes y, ya casi superado el tabú del cuerpo desnudo, el nudismo que se practica en playas como la granadina trasciende el hecho. Se trata de una forma de convivir, de estar en relación con la naturaleza. Y, por supuesto, de cuidarla.

De las bodas al desnudo a la limpieza voluntaria de la playa

Cuesta comprender, viendo la relevancia que ha adquirido en los últimos años, que en 2018, el nudismo en Cantarriján estuviera en duda. «Estábamos desnudos tres o cuatro», ha relatado Pedro Pérez, miembro y vocal de la Asociación de la Playa Nudista de Cantarriján (AAPNC), en varias ocasiones y en numerosos medios. La Asociación nació de ese momento de crisis, donde la estigmatización de un turismo más convencional había condenado la práctica a un papel testimonial.

Una imagen de Cantarriján, en los años 80. Foto: AAPNC

La semilla creció a través de un grupo de Facebook, el de la AAPNC, que al principio estaba formada por apenas diez personas. Convocaron el primer encuentro nudistay la noticia corrió como la pólvora. Ahora el apoyo es enorme. Desde actividades de body painting a yoga nudista. Las actividades funcionan y se replican en el tiempo. El punto y aparte lo dan las famosas bodas nudistas. La última en España databa del año 1934 y, casi un siglo más tarde, las fotos de aquella actividad dieron la vuelta al mundo. Ocho bodas a la vez, por el rito nudista y por lo civil. Sin bañador, claro. Y con todos los medios nacionales atentos a la noticia.

La repercusión dio pie a la llegada de los citados influencers naturistas. Medios como H&E Naturist, una de las revistas más conocidas en el movimiento nudista, recoge habitualmente las actividades de la asociación. Nombres como Nick y Lins De Corte, autores de uno de los blogs de referencia en esta ámbito, Naked Wanderings, pasaron por la playa a dejar constancia de la belleza del paraje natural, publicitando el lugar, aún más, en todo el mundo.

A menudo, esta es la parte más conocida de la historia cantarrijana. Un grupo de personas que devuelven una cultura nudista propia, única, a un lugar que empezaba a perder su esencia. Sin embargo, lo que muchas veces se olvida es su influencia en el cuidado de la zona, Parque Natural, y donde el empuje del asociacionismo ha dado un impulso definitivo por su protección del entorno.

Foto: @Marco40134 / Flickr

«Aunque nacimos como una asociación de carácter nudista, quisimos darle mucha importancia a la protección de la playa y la zona del paraje natural donde está ubicada. No podíamos limitarnos a hacer actividades recreativas, sino también de concienciación e impulso del carácter medioambiental de la playa», señala Pérez.

La vocación ecologista ha ido siempre ligada a la forma de entender la AANPC. Un ejemplo claro está en la propia limpieza de la playa. El Ayuntamiento de Almuñécar, municipio granadino al que pertenece, se encarga de la limpieza de inicio de temporada, por ejemplo. Pero fue por iniciativa de la asociación la limpieza anual después de la temporada, «cuando la playa, evidentemente, está peor».

En la actualidad, es la propia asociación la que por sí misma sigue repitiendo la actividad. Esa colaboración virtuosa con el ayuntamiento granadino ha hecho que este último gane, con este impulso de la cultura naturista, un valor diferencial en la diversificación de un turismo, además, consciente. El propio concejal se acercó a recibir a los influencers naturistas en su vista de hace un par de años.

«Los primeros años nos pusimos en contacto con otras asociaciones de limpieza de playas. La primera quedada, entre todos los colectivos, éramos unos 70 voluntarios. Lo curioso es que, muchos de ellos no eran naturistas. Había gente de otros grupos vestidos y un grupo desnudo. Una experiencia muy chula, también en colaboración con la propia concejalía del Ayuntamiento, que ponía toda la infraestructura necesaria para retirar luego los residuos», explica Pérez.

Foto: @Marco40134 / Flickr

«Históricamente el naturismo como filosofía ha estado ligado no solo a un modo de vida, de alimentarse… sino también a la protección del espacio que nos rodea. Ha sido algo que estaba desde el primer momento. Y teníamos claro que debía ser así. No solo era una potenciación del nudismo, sino de preservar todos los valores naturales que tiene el paraje a nivel terrestre y marítimo», resalta el vocal de la AAPNC.

Entre las acciones que se han llevado a cabo en términos de protección medioambiental en este tiempo no solo existen quedadas para la limpieza de la playa. «El primer balizamiento marítimo lo solicitamos nosotros a la mancomunidad de municipios. Nunca había estado balizada. Siempre teníamos barcos a pie de orilla con el riesgo que conlleva para la flora y la fauna marítima», incide Pérez.

La eficiencia en el reciclaje de residuos es otro ejemplo evidente de cómo esa cultura ha potenciado una mayor consciencia en la protección de la zona. «Antes había papeleras, sí, pero en los últimos años conseguimos que se instalaran isletas ecológicas que, poco a poco, después de cada día de playa, ya prácticamente están llenas».

Foto: AAPNC

El paraje natural ha vivido igualmente una transformación en su paisaje. La sola denominación como tal a nivel administrativo hace más de 30 años acabó con la pléyade de coches que guardan todavía la ingente cantidad de fotos de archivo que recoge la asociación. Pero también el impulso de esta ha provocado que el funcionamiento de autobuses lanzadera desde la capital de la provincia goce de buena salud, hasta el punto en que buena parte de los bañistas llegan a la playa, directamente, en este medio de transporte.

Su caso es inspirador para otras asociaciones naturistas en España «No es tanto que seamos pioneros, pero sí que, a partir de nuestras actividades, muchos se han sumado, siendo, hoy por hoy, lo más normal la implicación en la protección de las playas».

La generación Z también quiere ser nudista

A menudo la práctica nudista se ha visto como una cultura, sobre todo por su herencia propia de los 70 y 80, como envejecida. La nueva realidad nudista, aun así, contradice, con números, ese falso mito. Explican desde la AAPNC que los socios crecen, también gracias a los jóvenes. «El nudismo va evolucionando como evoluciona la sociedad. Con las redes sociales, por un lado, la cosificación del cuerpo está muy en boga, pero, por otro , también aparece la idea de que todas las tallas y todas las edades deben ser aceptadas. Es distinto, una visión distinta y la filosofía y el naturismo evolucionan con ella», recalca Pérez.

Un diálogo intergeneracional que sorprende por lo desgraciadamente inusual en nuestros días, pero que a la vez impulsa esa mentalidad arraigada a una conciencia compartida por la protección de la playa. «En pocas ocasiones he podido ver yo a personas de cincuenta o cincuenta y pico años con gente de veintitantos hablando y aprendiendo tanto unos de otros. Los jóvenes de los mayores y viceversa. Resulta muy satisfactorio que, ya sea en una actividad de limpieza o de una actividad que hagamos en la playa, ese diálogo exista. Ahí no se notan las edades», explica.

Donde sí que se notan –y en esto cabe lugar a la esperanza–, en la posición de base que toman esas nuevas generaciones respecto al discurso ecologista. «Vemos que hay gente muy concienciada con la protección medioambiental. El reciclaje lo han vivido desde muy pequeños, por ejemplo. Lo tienen interiorizado y hay muchos más jóvenes con esa conciencia que de generaciones mayores, eso está clarísimo», insisten desde la asociación.

En todo caso, lo que sigue vivo, y mucho, es una forma de entender la vida que implica a la naturaleza de una forma casi simbiótica y que cuida y pelea por protegerla. Cantarriján es solo un ejemplo, un germen. Sus actividades, como cada año, ya están empezando a avistarse en todas sus redes de cara a la temporada de verano.

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