La belleza es cuestión de estética y de ética. El sector de la industria textil, el segundo más contaminante del mundo, lleva tiempo demostrando que otra versión de la moda es posible: los nuevos talentos son conscientes de que hay ‘match’ entre lo sostenible y lo ‘fashion’. Así lo demostró en la Fashion Week la diseñadora María Lafuente quien, después de sobrevivir a la DANA que asoló Valencia, decidió reflejar con su colección ‘Henko’ las conexiones que se hilvanan en la adversidad.
Las catastróficas inundaciones provocadas por la DANA en Valencia el pasado 29 de octubre dejaron a María Lafuente atrapada en su coche durante 22 horas. Mientras esperaba el rescate, vio con sus propios ojos una devastación que le hizo entender lo frágil de todo lo que damos por sentado: las calles, nuestros hogares, las ciudades, nuestro entorno. Fue en ese momento de caos cuando se dio cuenta de que, ante una situación tan extrema en la que todo parece desvanecerse, las emociones se ponen a flor de piel y la solidaridad toma el mando.
La reflexión provocó en la diseñadora leonesa una chispa de inspiración que le llevó a lanzar una nueva colección como canal para contar su historia: Henko, presentada el pasado 19 de febrero en el Teatro Magno de Madrid dentro de la conocida Mercedes-Benz Fashion Week que se celebró la semana pasada en la capital de España. Una obra que nace del concepto japonés del punto de no retorno e invita a reflexionar sobre las decisiones que tomamos y las conexiones que se hilvanan cuando surge la adversidad.
En palabras de la diseñadora, que lleva varios años destacando por su compromiso con la sostenibilidad en la segunda industria más contaminante del mundo, su colección, de clara inspiración japonesa, busca ser «un vehículo de cambio» que sirva como grito de alerta a una industria que debe mirar el compromiso para construir una sociedad más justa y sostenible.
Con la combinación de prendas ligeras y fluidas, pero también otras con texturas más firmes, Henko consigue el equilibrio perfecto entre un blanco predominante con espacio para el rosa, el negro y el amarillo que recuerda a la flor de loto, símbolo de resiliencia y transformación que María quería destacar en su colección con un claro alegato: «Así como esta flor nace del barro y se alza pura sobre el agua, Henko demuestra que la moda puede florecer desde la sostenibilidad sin perder belleza ni calidad».
Si quieres llegar lejos, ve acompañado
Al valor artesanal de cada pieza de la colección de la leonesa se le suma otro componente fundamental para evidenciar el mensaje de que el cambio solo es posible si se impulsa en comunidad: tanto Henko como la propia diseñadora cuentan con el respaldo y apoyo de grandes proyectos que trabajan por un entorno más saludable. Empezando por Textil Santanderina, cuyos tejidos están certificados por el Programa para el Reconocimiento de Certificación Forestal (PEFC), organización sin ánimo de lucro que se une a María Lafuente para demostrar la trazabilidad y transparencia de los tejidos de bosque y que el cambio hacia un nuevo modelo de industria textil es posible: sus productos sólo necesitan un tercio de la energía y 60 veces menos de agua que los tradicionales de algodón.
Por otro lado, la empresa Jeanologia, especializada en soluciones tecnológicas de menor impacto ambiental para la industria de la moda, también se puso al servicio de la creatividad de María Lafuente y, en esta colección, consiguió eliminar el uso de químicos agresivos, reducir la huella hídrica y minimizar residuos y emisiones.
Además, en ese afán por crear sinergias, siempre entre la tradición y la innovación, Henko también se presenta como un homenaje a las manos que tejen historias a través de la lana merina, aspecto clave en la colección. Todas las aplicaciones de ganchillo de las prendas han sido realizadas por las artesanas de Madrid, un colectivo de mujeres que mantiene viva la tradición textil. «La moda no es solo innovación y tecnología, también es respetar, preservar y darle valor al trabajo artesanal», advirtió la diseñadora. «Un acto de conciencia y testimonio de que la belleza no es sólo estética, también ética».
