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Energía con certificado de consciencia

Si la energía renovable cada vez tiene más peso dentro del mix energético en España, también lo tiene dentro de las decisiones individuales de la ciudadanía. Gesternova, además de impulsar el uso de energías limpias y 100% libres de emisiones, durante el mes de octubre incluirá la etiqueta EKOenergía en todas sus tarifas de la luz, contribuyendo a financiar proyectos que combatan la pobreza energética en países en vías de desarrollo.


Según los cálculos de la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia), solo durante el año 2021, la energía verde comercializada en España aumentó un 12%. Además, durante ese mismo año, la electricidad de más de cinco millones de consumidores españoles provino de fuentes 100% renovables. Una cifra récord en nuestro país que no puede entenderse sin el papel de una ciudadanía cada vez más concienciada en materia climática… y sin el papel de aquellas empresas energéticas que les garantizan que su casa está consumiendo energía totalmente limpia.

Pero, inmersos la era del impacto, para esa ciudadanía consciente de que es hora de actuar contra la emergencia climática –según el Parlamento Europeo, ya es la mayor preocupación de la población del Viejo Continente–, no basta con esas garantías: el objetivo es generar cada día un mayor impacto positivo con sus acciones, impulsando un cambio de paradigma en materia ambiental, pero también en el plano social en un momento en el que las brechas no paran de agrandarse. Y eso no será posible sin las alianzas entre agentes públicos y privados, así como entre las distintas empresas y asociaciones del tercer sector.

Un ejemplo de ello es la que han desplegado en Gesternova y EKOenergía: durante el mes de octubre, todas sus tarifas de luz –que proceden 100% de fuentes renovables– ayudarán a financiar proyectos sostenibles que ayuden a combatir la pobreza energética de las personas más vulnerables en países en vías de desarrollo. Lo harán a través de la etiqueta EKOenergía, una etiqueta ecológica sin ánimo de lucro para la energía renovable que, además de avalar que se cumple con los requisitos de los estándares internacionales para las buenas prácticas corporativas y de emisiones –son monitorizadas para evitar la doble contabilidad, por ejemplo–, invierte en proyectos sociales: por cada MWh de EKOenergía vendido, se destinan 0,10€ a proyectos de energía limpia en países en vías de desarrollo.

Gracias a esta etiqueta, desde su lanzamiento en 2013 han logrado recaudar más de dos millones y medio de euros que han ido destinados a casi ochenta proyectos de energía limpia y protección de la biodiversidad que contribuyen, de una u otra forma, al impulso de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. «Recientemente, hemos seleccionado once proyectos más en África y Asia que incluyen energía solar para hospitales o escuelas, así como sistemas de riego y bombeo alimentados con energía solar», ejemplifican desde EKOEnergía. Todo ello, además de acelerar el cumplimiento de los ODS, favorece la revitalización económica y mejora la vida de las zonas en las que se materializan los proyectos. «El riego con energía solar, por ejemplo, conduce a mejores rendimientos agrícolas y las actividades de procesamiento de alimentos y enfriamiento con energía solar traen consigo que los alimentos se puedan conservar mejor y por más tiempo. Además, todos nuestros proyectos suceden en estrecha cooperación con las comunidades locales para empoderar a la población y a las organizaciones locales», añaden.

Se trata de un proyecto pionero que nació en la Asociación Finlandesa para la Conservación de la Naturaleza, pero que ha tejido redes en el plano internacional con más de un centenar de socios de todo el mundo. Gesternova, de hecho, fue uno de los primeros en apoyarles: en marzo de 2014, apenas un año después del lanzamiento de la ecoetiqueta, decidió empezar a ofrecer electricidad con la etiqueta EKOenergía a algunos de sus clientes.

El poder del consumidor verde

Iniciativas como estas cobran especial importancia en momentos convulsos como estos. En medio de una crisis energética sin precedentes debido a la guerra y la compleja situación geopolítica entre Rusia y Europa, las renovables que llevan años cogiendo peso en el mix energético se han resituado en el centro del debate como apuesta y única solución a la dependencia del gas ante un invierno incierto y complicado.

Aunque el convencimiento ciudadano de que el futuro energético se escribe en clave de renovables venía de antes del conflicto bélico de Ucrania. Según el Estudio de percepción sobre crisis climática y energías renovables en la etapa covid realizado tras los meses más críticos de la pandemia, la mitad de los encuestados señalaba a la industria energética tradicional como la principal responsable del cambio climático… mientras que el 70% considera que el sector de las renovables es el primer agente que ayudará a frenarlo, seguido de la sociedad en su conjunto (55%), las instituciones (39%) y el sector tecnológico (38%).

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Sin embargo, también en ese estudio se revelaba que algo menos de la mitad de los españoles encuestados (un 44%) tendía a creer que la energía renovable es más cara que la procedente de combustibles fósiles. No es así: la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) calcula que, ese mismo año, casi dos tercios de las energías renovables fueron más baratos que el combustible fósil más económico, con especial atención de la solar y la fotovoltaica. Si estas dos últimas han venido sufriendo un impulso enorme en la última década, se espera que la tendencia continúe y la energía limpia se abarate aún más.

En nuestro país, por su situación y sus condiciones meteorológicas, eso se multiplica. «Tenemos una posición privilegiada en renovables que nos permite seguir impulsando un sistema eléctrico más sostenible y contribuir a la autonomía y seguridad energética de Europa», explicaba hace apenas unos meses Beatriz Corredor, presidenta de Red Eléctrica Española (REE) tras conocerse que España fue el segundo país europeo que más energía eléctrica generó el año pasado a partir de eólica y solar, solo por detrás de Alemania.

La ciudadanía, con sus decisiones, tiene el poder de ayudar a impulsar esa aceleración verde. Si ya hay una mayoría consciente del poder de sus actos –y omisiones– en materia de consumo en sectores como la moda o la alimentación, sucede lo mismo en materia de consumo energético. La legislación también lo impulsa: por ejemplo, el nuevo etiquetado de la factura de la luz que hace unos meses entró en vigor, obliga a las comercializadoras a especificar con porcentajes de qué fuentes proviene su energía. Conociéndolo, decidir si elige compañías o tarifas que solamente ofrezcan renovables es una decisión en su tejado. Y cada vez tiene más opciones para elegir.

«Nuestra vocación es acompañar a nuestros clientes en la transición hacia un futuro energético más responsable con el medio ambiente y por eso ofrecemos solo soluciones sostenibles», explica Begoña Laveda, directora de comunicación y marketing de Gesternova. Desde el año 2005, comercializan exclusivamente electricidad y llevan a cabo la representación de mercado para casi 10.000 productores de energía fotovoltaica, esto es, llevando a la subasta eléctrica la energía generada por productores de renovables, asesorándoles durante todo el ciclo de producción. Además, su grupo integra a Contigo Energía, que ofrece a particulares y empresas de España y Portugal tarifas de luz 100% renovables y soluciones de eficiencia energética a través de autoconsumo, movilidad y climatización eléctrica.

Además de la garantía de una energía limpia responsable con el planeta, gracias a la colaboración entre Gesternova y EKOenergía se ayuda a proteger a los más vulnerables de la crisis energética antes de que comience el invierno. «Gracias al esfuerzo común, tanto de EKOenergía como de todos los consumidores que han decidido contratar esta combinación perfecta, seguimos fortaleciendo el desarrollo de las energías limpias, algo imprescindible para combatir el cambio climático y limitar sus efectos más devastadores. Esperamos que en los próximos años sean muchas más las personas que, ya sea a título individual o como opción para su negocio, elijan dar un paso más y se unan a nuestro camino para lograr una transición energética 100% renovable y sostenible globalmente en el ámbito medioambiental y justa en el plano social», concluye Laveda.

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