La actriz Laura Weissmahr dice que no está muy acostumbrada a la promoción, pero ha empezado por la puerta grande: está nominada al Goya, al Feroz y al Gaudí por su papel en Salve María, en la que interpreta a una joven madre con depresión posparto que se obsesiona con un caso de infanticidio que ve en las noticias.
«Solo había interpretado personajes secundarios, es la primera vez que hago tanta promo. Es un poco desquiciante, acabas algo disociada. Pero creo que en este tiempo he mejorado: he aceptado que soy caótica hablando y voy a dar entrevistas caóticas». Con esta declaración de intenciones empieza a hablar Laura Weissmahr (Tarifa, Cádiz, 32 años), que nos concedió esta entrevista cuando aún no habían salido las nominaciones de los Premios Goya 2025. En ellos optará al premio a Mejor Actriz Revelación, categoría similar a la que aspira en los Gaudí de la Academia catalana, mientras que, en los Feroz, los que otorga la prensa especializada, estará nominada como Mejor Actriz. Y punto.
La actriz está aterrizando en las alfombras rojas por su papel protagonista en Salve María, de la directora Mar Coll, con la que ya consiguió la Espiga de Plata de la Seminci de Valladolid. La película se estrenó en cines el pasado octubre, pero antes pasó por el Festival de Locarno, en Suiza, donde se llevó una Mención Especial. Weissmahr consiguió el papel en septiembre de 2023, empezó a ensayar en octubre, rodó en enero y para agosto ya la estaba viendo en pantalla grande. «Los premios están muy bien porque son un reconocimiento y yo llevo mucho tiempo esperando una oportunidad como esta, pero cuando te dan un papel no piensas en eso, vives el presente. En este caso, ha ido todo muy rápido, pero me dices hace un año que iba a estar pasando todo esto y me río en tu cara», nos explica.
En la cinta, se habla de la maternidad con una mirada que se sale de lo habitual. «La representación es incómoda. María, la protagonista, tiene una depresión posparto, casi una psicosis. Yo nunca la juzgaba porque Mar, la directora, lo que ha intentado es que al ver la película tú la acompañes y te sorprenda el entenderla. Pero, por ejemplo, como la culpa es un tema muy presente en la película, usaba lo que me pasaba para interpretarlo. Estaba rodando con un bebé monísimo de seis semanas en brazos y no podía hablarle, me sentía fatal. Eso lo usé para la angustia de María», cuenta la actriz.
La película se basa en la novela Las madres no, de Katixa Agirre, y nos presenta a una escritora de éxito que de repente es incapaz de escribir, cree que todo como madre lo hace mal y se obsesiona con un caso que ve en las noticias, una mujer que asesinó a sus dos hijos pequeños ahogándolos en la bañera. Por miedo a verse reflejada en ella, María se empeña en intentar contactar con la infanticida. A lo largo de ese viaje, no sabremos siempre qué ocurre de verdad y qué está en la torturada imaginación de la protagonista.
«El cuervo sí te digo que era de verdad», se ríe Weissmahr. Se refiere a una de las escenas iniciales, prácticamente la segunda de la película, en la que un cuervo se cuela en el diminuto piso de María y ella protege al bebé con su cuerpo. «En el guion era un colibrí, pero convencimos a Mar de que a veces los estereotipos son buenos. Se suponía que solo iba a volar por ahí, pero se me posó en la cabeza cuando estábamos rodando. La cara que pongo es mía, no del personaje».
Una mirada feroz sobre la maternidad
Aunque este papel es el que le ha traído la vorágine de entrevistas de promoción, la actriz ya acumulaba pequeños papeles en series como La Ruta o Vida perfecta y películas como No matarás y Julia ist. En este caso ha interpretado a una protagonista con algo de personaje de Hitchcock –hay un homenaje a Vértigo en la parte final de la película, de hecho– que, más que perseguir a la infanticida Alice, se persigue a sí misma.
«Ahora hay más obras que se atreven a representar la maternidad desde el lado oscuro. Nadie quiere hablar de los pensamientos intrusivos que puedes tener, de gente que le hace daño a un ser querido. Hay mucha culpa y mucho tabú al respecto aún, pero me he dado cuenta de que, aunque no sea una representación común, es una vivencia más habitual de lo que yo pensaba. Desde Mar y Valentina [Viso, la coguionista], que han sido madres y que, aunque no hayan tenido depresión, pudieron empatizar con el personaje, hasta amigas o gente que ha venido a hablar conmigo tras ver la película».
Cuando le preguntamos si ve más variedad de papeles femeninos precisamente porque autoras como Coll ruedan cada vez más, nos recuerda que, aunque ella entró en septiembre de 2023, el proyecto viene de muy lejos. «Mar ha estado cinco años con el guion, hasta conseguir financiarla, y eso que es una película pequeña. Sí creo que se están escribiendo, al menos en los guiones que me están llegando a mí, personajes más interesantes. Seguro que el hecho de que esté en auge el cine de autor y hecho por mujeres está influyendo, pero eso no quiere decir que un hombre no pueda escribirle y dirigirle un personaje complejo a una mujer. Creo también que se hacen porque la sociedad lo demanda: se rueda lo que otra gente quiere ver y ahora hay público para estas películas».
María, su personaje, además, es escritora y se encuentra con que es incapaz de recuperar su carrera. «Queríamos reflejar que al ser madre, a menudo, te vuelves invisible. Es una despersonalización, te entregas completamente al bebé y, siendo artista, de ti se espera lo contrario. Por ejemplo, en mi caso, tengo 32 años y no sé si puedo plantearme ser madre, porque no sería compatible con mi vida y mi trabajo».
Por otra parte, no puede evitar pensar que la situación económica influye (y mucho) en esa situación. «Es una cuestión social, porque las ayudas que hay en España para que puedas ser madre son ridículas. En Alemania, por ejemplo te ayudan durante cuatro años de tu vida como mínimo: te aseguran tu puesto de trabajo, puedes estar hasta siete años con ayudas, la mitad con pensión completa… Está pensando para que seas madre… Yo aquí no tendría baja de maternidad. También porque a los actores nos encanta decir: ‘ahora mismo no tengo proyecto’, pero la realidad es que estamos en paro la mitad del año pero sin reconocerlo», dice entre risas.
Caótica, natural y divertida, la actriz reconoce que se hizo Letterboxd, la conocida red social para subir críticas de películas, solo para ver opiniones positivas sobre Salve María y se ha acabado quedando para leer las peores. «Hay que tener sentido del humor y la realidad es que los comentarios negativos son los más graciosos. Hay uno que dice que la película es el mejor anticonceptivo que ha visto. Otro que la película de terror real es que dos treintañeros intenten llegar a final de mes siendo padres en Barcelona. Y recuerdo uno que era: ‘otra película donde no se dicen las cosas, ¿por qué no se hace cine donde la gente dice lo que le pasa? Me reí mucho porque toda la película va de una persona a la que le cuesta pedir ayuda y vemos el proceso para que sepa nombrar lo que le pasa… En fin, que invito a todo el mundo a hacerse Letterboxd y a ver Salve María», concluye.