Tras el viernes consumista por excelencia, este sábado se celebra el Fair Saturday, un festival que agrupa cientos de eventos e iniciativas en todo el mundo para mostrar su apoyo a proyectos de impacto social. En los últimos siete años, ya han logrado recaudar más de 670.000 euros gracias a la participación altruista de más de miles de personas, colectivos artísticos e instituciones. Bilbao-Bizkaia, Huelva, La Rioja y Álava son este año sus sedes oficiales en España.
En sí misma, la cultura es un enorme agente transformador y lo ha sido desde los más ancestrales orígenes del ser humano. Es, además, una palabra polisémica que engloba todas y cada una de las diferentes disciplinas artísticas, pero también conexiones más hondas que definen y unen a civilizaciones enteras, tradiciones, aprendizajes y vivencias. Hoy, además, es un potente canal para generar impacto positivo en la sociedad. Y todo ello se une en Fair Saturday, un festival que se celebra este sábado.
Se trata de una movilización cultural que tiene lugar el último sábado de noviembre. La fecha no es casual: se celebra justo después del Black Friday, el día del consumo rápido por excelencia, justo lo contrario que busca esta cita. «Pretende responder al Black Friday de forma positiva, dando prioridad a la cultura y a la empatía social hacia los más vulnerables de nuestra sociedad, proporcionando una oportunidad para ser en lugar de tener. Es una idea para situar la cultura en el centro. Para reconocer el valor de las organizaciones culturales y sociales. Para sentir. Para reflexionar. Y para actuar por el bien común. No sólo hoy, sino también, ojalá, el resto del año», explican en su web.
Desde su nacimiento en 2014, cientos de artistas y entidades se han sumado al movimiento, que sigue creciendo. Por poner cifras, a lo largo de sus siete ediciones –dos de ellas virtuales o híbridas debido a la pandemia–, el impacto generado ha sido inmenso: han logrado recaudar más de 670.000 euros para diferentes proyectos sociales gracias a tres mil eventos en los que han participado 42.000 artistas y que han contado con casi 800.000 asistentes.
«Es momento de repensar la forma en la que estamos creando el futuro. Para ello, consideramos que hay dos elementos esenciales en la construcción de sociedades más justas y desarrolladas: la cultura y la empatía. Son estos dos ingredientes los que dignifican a las personas y logran un desarrollo humanizado en base a los avances de la ciencia. En definitiva, lo que llamamos un mundo mejor», explican desde la organización.
Una red de ciudades e iniciativas con impacto
Se trata de una cita internacional que cuenta con el apoyo de grandes ciudades como Bristol, Atlanta, Lima o Helsinki, entre otras muchas en todo el mundo. Debido a su carácter participativo y global, cada año van sumándose territorios que quieren involucrarse en proyectos de cultura y empatía social. Este 2022, Fair Saturday cuenta con cinco sedes oficiales, cuatro de ellas en España: Bilbao-Bizkaia, Huelva, La Rioja, Álava y Escocia.
Estas ciudades y regiones se comprometen a canalizar la ayuda del festival a través de sus instituciones públicas, invitando a la participación de la ciudadanía para multiplicar los impactos generados. Además de la parte más institucional, la cita está abierta a la participación de artistas y entidades culturales de todo tipo, amateurs o profesionales. Grupos de música, escuelas de teatro o danza, conservatorios, bares, salas de conciertos… Todos pueden adherirse: en este festival global solo existe el requisito de apoyar, a través de diferentes eventos, un proyecto social a elección de las entidades participantes.
Ese apoyo puede darse de diferentes formas mostrando públicamente el orgullo por la labor que desempeñan, ayudando a difundir su labor entre los asistentes a un espectáculo concreto o recaudando fondos. No todos los eventos tienen por qué ser 100% benéficos ni existe un porcentaje mínimo de colaboración, que puede venir desde la recaudación de aportaciones voluntarias de los asistentes al finalizar el espectáculo a la donación de un porcentaje de las entradas, del caché de los artistas, pasando por el establecimiento de una fila cero, la venta de merchandising de una ONG o la recogida de materiales. «No tenemos más pretensiones que provocar reflexión y generar efectos positivos a través de la cultura y el deseo de la ciudadanía de ser responsable en la construcción de un futuro mejor», explican.
De hecho, como insisten desde la organización, cualquier artista, ONG, asociación, empresa o espacio donde se celebren eventos puede unirse al movimiento, independientemente de que su ciudad sea o no territorio oficial: puedes organizar un evento, incluir el que tengas ya cerrado en el programa oficial de Fair Saturday mediante el apoyo a un proyecto social –que engloba a ONGs y diferentes proyectos culturales-sociales– o incluir algo grabado en su app.
Recitales, conciertos, proyecciones, espectáculos… Puedes consultar el programa completo en su página web. Si no puedes asistir pero te gusta la idea, puedes colaborar con ellos uniéndote a su voluntariado y realizando diferentes actividades: echando una mano en los eventos presenciales o digitales, creando contenido para difundir, traduciendo materiales… Además, también tienen una fundación, la Fair Saturday Foundation, fundada en 2015 en Bilbao, con la que organizan el festival y diferentes foros de inspiración, además de impulsar otros proyectos de impacto social. Entre ellos, destaca Barreras Invisibles, un programa pionero de mecenazgo cultural dirigido a niños y niñas en entornos de riesgo de exclusión que facilita que puedan estudiar alguna disciplina artística.
«Es una idea muy propia para jóvenes y para los que sienten que su mente es joven. Y ellos son quienes la han puesto en marcha. Se trata de descubrir el valor, la importancia y la gracia de la cultura y conectarla con las ansias inmensas de cultura de una ciudadanía que quiere ser responsable», dice de Fair Saturday Antonio Garrigues Walker, presidente de honor de ACNUR Comité Español y del despacho de abogados Garrigues, y patrono vitalicio de la Fundación Ortega y Gasset. Y añade: «Acabará siendo un símbolo brillante de que la cultura es la única solución para dignificar la democracia, para generar una riqueza auténtica y para poder aspirar a un futuro humano. Y los jóvenes y los que sientan que su mente es joven, habrán ganado lo que, al principio de esta aventura, parecía –como todas las aventuras que merecen la pena– absolutamente imposible».