Dar al interruptor puede convertirse en un pequeño acto de rebeldía contra la economía fósil y en favor de la justicia social. Gesternova, además de impulsar el uso de energías limpias y 100% libres de emisiones, durante el mes de octubre incluye la etiqueta EKOenergía en todas sus tarifas de la luz, contribuyendo a financiar proyectos que combatan la pobreza energética en países en vías de desarrollo: energía positiva para el impacto positivo.
La transición energética no es solo un concepto político-burocrático coreado en las altas esferas institucionales y corporativas. Tampoco es algo que suceda lejos de nuestras casas, ni ajeno a la más inmediata cotidianeidad. Los ciudadanos, a través de nuestros hábitos de consumo, tenemos la posibilidad y la capacidad de impulsar un futuro donde el CO2 deje de ser una amenaza para nuestra salud y la del planeta. Y en el que, de paso, la factura de la luz nos dé un respiro.
Lo que hace años era impensable, como el autoconsumo en la propia vivienda o las comunidades energéticas, hoy es una realidad que avanza a pasos agigantados. En concreto, el sector de las renovables ha crecido un 1.200% desde 2018 en España, más que cualquier otro.
Un contexto favorable empujado también por una ciudadanía cada vez más preocupada por los efectos del cambio climático y consciente de las consecuencias de sus decisiones de compra. Según los últimos cálculos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), la energía verde comercializada en España en 2021 aumentó un 12%. Además, durante ese mismo año, la electricidad de más de cinco millones de consumidores españoles provino de fuentes 100% renovables.
Lo cierto es que dar al interruptor –solo cuando es necesario– nunca es un acto banal: si la tarifa de la luz contratada es 100% renovable, ese gesto puede convertirse en un pequeño acto de rebeldía contra la economía fósil y en favor de la justicia social. Es precisamente el doble objetivo que busca Gesternova con su campaña pre-invernal El mes de EKOenergía: durante octubre, todas sus tarifas de luz 100% renovables incluyen la etiqueta EKOenergía, garantizando que su contratación contribuye en la financiación de proyectos sostenibles para combatir la pobreza energética en países en vías de desarrollo, a la vez que impulsa el uso de energías limpias y libres de emisiones.
EKOenergía: no al CO2, sí a los ODS
Esta etiqueta ecológica sin ánimo de lucro, además de avalar que se cumple con los requisitos de los estándares internacionales para las buenas prácticas corporativas y de emisiones –son monitorizadas para evitar la doble contabilidad, por ejemplo–, invierte en proyectos sostenibles a nivel mundial: por cada MWh vendido, se destinan 0,10 € a su Fondo climático y 0,08 € a la Red EKOenergía.
Gracias a esta etiqueta, durante los primeros cinco años desde su lanzamiento se ha logrado recaudar más de tres millones de euros que han ido destinados a más de noventa proyectos de energía limpia y protección de la biodiversidad que contribuyen, de una u otra forma, al impulso de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. Energía positiva con impacto positivo.
Esta iniciativa de Gesternova es «una pieza más del gran engranaje de la transformación energética», en palabras de Begoña Laveda, directora de comunicación y marketing de la compañía. «Nuestra vocación es acompañar a nuestros clientes en la transición hacia un futuro energético más responsable con el medio ambiente y por eso ofrecemos solo soluciones sostenibles», insiste.
Hacia un horizonte aún más verde
Laveda recuerda, además, que vamos por el buen camino: las previsiones apuntan a que 2023 podría ser el año más renovable de la historia de España y a que el aporte de la eólica y toda la solar podría llegar a ser el 42% de toda la energía generada en nuestro país, de acuerdo con un informe de Red Eléctrica. Una tendencia que se une a otra: el abaratamiento progresivo de estas energías limpias.
Una tormenta perfecta que parece que ha permeado en la opinión pública. Según el Estudio de percepción sobre crisis climática y energías renovables en la etapa covid realizado tras los meses más críticos de la pandemia, la mitad de los encuestados señalaba a la industria energética tradicional como la principal responsable del cambio climático, mientras que el 70% considera que el sector de las renovables es el primer agente que ayudará a frenarlo, seguido de la sociedad en su conjunto (55%), las instituciones (39%) y el sector tecnológico (38%).
«Apostar por alternativas sostenibles genera beneficios individuales y colectivos evidentes y tangibles. Si no, que se lo digan a nuestros pulmones. A su vez, reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles puede y debe hacerse de manera justa. No son objetivos excluyentes», concluye Laveda. Y añade: «Esperamos que en los próximos años sean muchas más las personas que, ya sea a título individual o como opción para su negocio, elijan dar un paso más y se unan a nuestro camino para lograr una transición energética 100% renovable y sostenible globalmente en el ámbito medioambiental y justa en el plano social».Y tú, ¿te animas a encender el interruptor en el mes de la EKOenergía?