Cada vez nos fijamos más en la etiqueta de lo que comemos… pero también de lo que dejamos que absorba nuestra piel. El sector de la cosmética ecológica no para de crecer: se prevé que lo haga a un ritmo del 9% cada año hasta 2030. Te contamos el caso de Lamixtura y Münnah, dos proyectos liderados por mujeres que quieren transformar el cuidado de manera natural y sostenible.
¿Cuál es la fórmula para mantener un cuidado de la piel consciente y natural? El primer componente sería, en primer lugar, el conocimiento: sin una sola base científica, no es posible crear un compuesto –basado, por supuesto, en principios activos naturales y procedentes de las plantas– que nos dé los resultados esperados. A eso, se le suma una buena cantidad de empoderamiento y de ganas de avanzar. Con esos ingredientes es posible conseguir un cosmético ecológico de gran calidad.
Esta fórmula química es al mismo tiempo una fórmula para el éxito, principalmente porque la sostenibilidad se ha convertido en un deber ineludible también en el mundo de la belleza. Tanto es así que no hay anuncio de cosméticos que no deje bien claro que se están empleando sustancias naturales inocuas para nuestro organismo y responsables también con el entorno. Los estudios que analizan la evolución del mercado son igualmente muy claros al señalar una tendencia. Según la consultora Grand View Research, se prevé un crecimiento anual del 9,1% de la cosmética ecológica hasta el año 2030. Estamos por tanto ante un sector claramente emergente que ha adquirido ya una importancia estratégica para las marcas.
Al mismo tiempo, esta demanda por parte de la ciudadanía está estimulando la aparición de nuevas empresas de cosmética ecológica. Muchas de ellas están creadas por mujeres, que son mayoría en las startups de la cosmética bio. «Es cierto que las empresas creadas por mujeres predominan en el sector. Y también es verdad que a mis formaciones suelen asistir muchas más mujeres que hombres», reconoce Yolanda Muñoz del Águila, coordinadora de la Red EcoEstética, quien también recomienda «desmitificar un poco» el mundo de la belleza y el cuidado. «Siempre ha habido presencia de hombres en el mundo de la cosmética y la estética, y en algunas empresas también llevan la voz cantante», explica.
Entre los objetivos de la Red Ecoestética –creada por la Asociación Vida Sana– figuran la difusión de las ventajas de la cosmética natural para el gran público, así como dar formación y apoyo a los profesionales. La coordinadora de la red confirma el gran momento de la cosmética ecológica: para la experta, una de las claves de este auge, aparte de la creciente sensibilidad ambiental, reside en su eficacia. «Ya no sirve solo el argumento de los tóxicos. Si me interesa un producto de ecocosmética, ya doy por hecho que estará libre de tóxicos. Ahora, cuando la gente apuesta por consumir este tipo de productos, es sobre todo porque son eficaces, porque consiguen los resultados que buscan», explica Muñoz del Águila.
Esta eficacia está lograda a partir del empleo de componentes naturales –procedentes sobre todo de plantas y a veces también de animales, como pasa con la cera de abeja– en lugar de los químicos de origen sintético, que siempre resultan mucho más problemáticos por sus consecuencias indeseadas para la salud humana y ambiental. ¿Cómo se consigue? Fundamentalmente por la alta capacitación de las profesionales que están detrás de muchas de estas jóvenes, pero cada vez más pujantes, empresas.
Lamixtura y Münnah, dos proyectos para el cambio
Un interesante ejemplo lo tenemos en Lamixtura, una marca de dermocosmética natural y vegana que, con solo tres años de trayectoria, apunta a horizontes cada vez más lejanos. Sus responsables son dos farmacéuticas, Silvia García y Amaia Frade, que antes de esta aventura trabajaban en la industria cosmética convencional.
«Nos hemos dedicado toda la vida a la formulación. En el laboratorio utilizábamos ingredientes de todo tipo, tanto sintéticos como naturales. Pero comprobábamos que los de origen natural no tenían nada que envidiar a los convencionales. Esta posibilidad de crear productos de dermocosmética eficaces, pero de forma natural nos fascinaba», relata Frade.
Con estos principios, decidieron dar un paso adelante y hacer su sueño realidad con Lamixtura. «Nuestro punto diferencial es que testamos esa eficacia de nuestro producto final», añade Frade. Para ello realizan complejas pruebas técnicas que les permiten evaluar hasta qué punto sus fórmulas son beneficiosas y efectivas, por ejemplo, para el cuidado de la piel.
«Nuestro último anuncio es un aceite natural upcycling. En este caso le añadimos a la fórmula una capa más de sostenibilidad, cosa que podemos hacer porque la formulación la hacemos nosotras. Esto nos permite innovar y ocuparnos directamente del ecodiseño de las fórmulas», destaca la cofundadora de Lamixtura.
Conocimiento, innovación y conciencia ambiental se dan la mano en este emprendimiento, que muestra un acertado camino por que el están transitando ya muchas otras marcas. Otro ejemplo es el de Münnah, de la también farmacéutica Nuria Téllez. En su caso se da, además, una circunstancia personal decisiva. «Cuando tenía casi 40 años me diagnosticaron un cáncer que hoy, afortunadamente, he superado. Siempre he sido una persona de hábitos muy saludables y, a pesar de eso, enfermé. Eso me provocó un bajón muy grande y, para salir de él, empecé a investigar. Tenía que entender qué había pasado», cuenta.
Téllez empezó a investigar y a profundizar en la presencia de sustancias tóxicas en nuestro entorno y en sus efectos sobre nuestra salud. Comenzó a buscar alternativas más naturales y menos sintéticas. «En la alimentación no había problema, porque existen muchos productos ecológicos. ¿Pero qué pasaba con la higiene y la cosmética? Incluso cuando iba al herbolario y miraba la composición de estos productos, veía que muchos no encajaban con esto», explica.
Por este motivo empezó a elaborar productos de higiene y cosmética para su propio uso a partir de plantas medicinales y se llevó una grata sorpresa: eran, además de naturales, muy eficaces. Poco después comprobó que sus productos también gustaban a sus familiares y amigos, y eso la animó a dar el salto y hacerse empresaria. Desde que comenzó su andadura en 2015, los productos de Münnah Cosmética Natural han logrado reconocimientos como el premio Organics Clean Awards en la categoría Mejor Marca Ecológica y Vegana Certificada, en la que han ganado en los años 2021 y 2022, tras quedarse como finalistas en 2019.
Pero lo más importante para ella es otro tipo de reconocimientos. «Me centro sobre todo en solucionar los problemas de la gente. Por eso tengo una gama de productos de higiene íntima femenina, porque sé que ayuda a muchísimas mujeres», asegura. Su éxito no entiende de fronteras: Téllez cuenta que una vez llegaron de Japón un grupo de profesionales interesados en esta línea de productos en concreto. «Nos visitaron al laboratorio y probaron el resto de nuestros productos. Les gustaron todos y al final pusieron todos a la venta en su web en Japón», destaca. Todo un éxito que no debería sorprendernos: cuando la fórmula es la correcta y el rumbo es el adecuado, el éxito se hace palpable.