Ilustración: Silvia Ruiz

El número PEC: por qué a los Z les flipan las mates

Las titulaciones universitarias vinculadas a las matemáticas se han incrementado más de un 25% en apenas unos años. Más allá de razones vinculadas a las salidas laborales, las redes también las están convirtiendo en algo visto como cool entre los jóvenes: si han conseguido resignificar el lenguaje y las letras, ahora van a por las cifras. ¿Entramos en la era teórica?


Admitámoslo: para casi todo el mundo, las matemáticas siempre han sido aburridas o un quebradero de cabeza. Hasta hace no mucho, que el sol sale cada día, que Jordi Hurtado no envejece y que las mates son una turra eran unas reglas universales clásicas. Pero todo parece estar empezando a cambiar con la generación Z.

Quienes han nacido después de 1996 y han pisado ya la universidad lo han hecho eligiendo mucho más esta ciencia de la que lo hicieron los que fueron antes. Según un estudio impulsado por la Fundación CYD (Conocimiento y Desarrollo), del curso 2015-2016 al 2019-2021 han aumentado un 28% los estudiantes que eligen carreras relacionadas con las matemáticas. En cifras, han pasado de 9.519 a 13.202, confirmando que despunta una tendencia entre los Z de pasar de las ciencias aplicadas a las teóricas. Pero… ¿por qué? ¿Qué les atrae tanto de esta ciencia a los más jóvenes?

Si en algo coinciden expertos y divulgadores es que los cambios veloces y drásticos a los que asistimos van de la mano de los números. Están por todas partes: los usamos para medir likes, para conocer la interacción en nuestros perfiles, para calibrar las horas que han pasado desde el último mensaje del crush, para contar los segundos que has visto el vídeo de turno en TikTok. Cifras que se convierten en algoritmos que luego deciden –o marcan profundamente– lo que vemos y hacemos.

«Aunque la expresión está ya algo manida, estamos ante la primera generación nativa digital que ha nacido con un dispositivo bajo el brazo. Eso les hace tener mucho terreno ganado respecto a las generaciones anteriores». El que lo dice es Íñigo Sarria, profesor de matemáticas en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR). Él, que lleva diez años dando clase en esa institución, ha visto la evolución de su alumnado y del paso de los millenials a los Z. «Antes teníamos carreras con más plazas que gente y ni te planteabas crear otros grados, pero eso ha cambiado. Aunque no estamos hablando tanto de que los jóvenes se decanten por Matemáticas, sino por carreras relacionadas».

«El autoconocimiento de los jóvenes les ha hecho abrir la puerta a áreas relacionadas con las matemáticas»

Sara Álvarez, directora de atracción de talento del Grupo Adecco

Sarria da una clave importante: el mundo en que se mueven está tan relacionado con los números que les encuentran una utilidad práctica, algo que de paso aleja la idea de que esta ciencia sea pura teoría. «Piensan que, si aprenden matemáticas, pueden ir luego a ir más por la rama de la IA, de la logística o del análisis de datos».

El mercado laboral también tiene su peso específico en las decisiones que están adoptando quienes ya empiezan a entrar en él. Sara Álvarez, directora de Atracción de Talento del Grupo Adecco, conoce como pocas personas qué implica esta nueva realidad laboral para los Z. «Vemos que esta generación se ve muy alineada con sectores de negocios, Administración de Empresas, Marketing o Derecho, que son carreras que les resultan también muy interesantes porque tienen una parte de emprendimiento que les atrae. Sin embargo, es verdad que la inmediatez o el autoconocimiento que hay dentro de esta generación les ha hecho abrir el árbol de posibilidades a ciertas áreas como todas las relacionadas con las matemáticas», explica.

Ilustración: Silvia Ruiz

La experta pone como ejemplo lo que viven en su propia compañía. «Para nosotros, es clave incorporar el talento joven y lo estamos haciendo ya. El 25% de nuestra plantilla ya es generación Z», apunta, subrayando especialmente una cuestión prioritaria hoy en el mercado laboral: el aprendizaje intergeneracional. La experta de Adecco asegura que el trasvase de talento entre perfiles junior y senior está aportando muchísimo a ambos. Los jóvenes son «disruptivos» y «multitarea», cualidades que, como señala, les permiten adentrarse en profesiones casi prohibitivas para no nativos digitales. En resumen, ellos aprenden de la experiencia de los más veteranos y su presencia hace que estos se pongan las pilas.

De la teoría al trend

Hay más variables que pueden explicar qué pasa con las matemáticas entre quienes rondan aún la veintena. Por ejemplo, las redes sociales, que ya no tienen nada de nuevas tecnologías, han permitido que cualquier persona acceda al conocimiento como nunca había ocurrido. Plataformas como TikTok o YouTube han derribado la máxima de ponerle puertas al campo, porque nunca el campo del aprendizaje había sido más vasto. Y ahí, entre influencers de moda y deporte, también emergen otros que se dedican a la divulgación de matemáticas. Uno de ellos es Santi García Cremades (@ santigarciacc), un murciano orgulloso de su tierra que colabora habitualmente en Onda Cero, y que desde sus canales conecta con todas las edades enseñando desde la curiosidad y el entretenimiento.

En Instagram casi 40.000 personas le siguen y son, sobre todo, jóvenes: como él mismo cuenta, una de cada cuatro personas que ve sus vídeos pertenece a la generación Z. De algún modo, conecta con lo que buscan porque, afirma, él también ha huido siem pre del aprendizaje más metódico. «De pequeño tuve una epifanía al ver Donald en el taller de las matemáticas. Era una película en la que te ríes y no te das cuenta de que estás aprendiendo». Una lógica que se puede aplicar a los protagonistas de este reportaje, que no quieren lo convencional tampoco en lo educativo.

«El matemático ha dejado de ser visto como alguien que solo hace teoría»

Santi García Cremades, divulgador

Al final, García Cremades insiste en que se trata de ser consciente de que el mundo está «atravesado» por las matemáticas. «Estamos acostumbrados a escuchar que hay algoritmos en Google, Facebook, Instagram y más sitios. Los jóvenes entienden y conocen que eso tiene una base matemática», considera el divulgador, que también señala un cambio patente en el estereotipo tradicional del matemático. «Ya no es alguien que vive en una cueva y que lo que hace es pura teoría que no se aplica a la realidad». Divulgadores como él mismo son precisamente el ejemplo que derriba el mito.

En general, tanto expertos como comunicadores admiten que la interacción entre teoría y práctica que proponen los Z es muy edificante en todos los campos. «A mí particularmente me hacen preguntas muy personales sobre qué estudiar. Y siempre les digo que deben hacerse fuertes como seres humanos», reconoce el divulgador. Ahí reside otro de los grandes triunfos de una juventud que camina hacia un futuro, el suyo, con importantes tintes de incertidumbre. En un horizonte en el que la IA que sustituirá muchos trabajos, las matemáticas también deberán ser reinterpretadas para conocer cómo estará diseñado ese mundo que viene.

¿Cómo será? Sarria se anima a pronosticar –y a advertir– que ese futuro matemático también puede tener una cara B. «Habrá pocos docentes e investigadores, porque hoy se estudia para aplicar esta ciencia, pero no para teorizarla». Álvarez es algo más optimista en cuanto al mercado laboral se refiere. «Los jóvenes son valientes: su curiosidad y capacidad para adaptarse a los cambios les abrirán muchas puertas». La conclusión parece clara: las mates ya no son aburridas, sino una motivación para superar los desafíos que nos esperan.

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