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Qué son los ‘hauls’ y por qué son una mala idea para huir de la ‘fast fashion’

¿Te acuerdas de cuando alguien te enseñaba todo lo que se había comprado en las rebajas? Eso mismo, trasladado a la vida digital, podrían ser los hauls de YouTube. En este tipo de vídeos –que podrían considerarse una versión maximalista de los unboxings–, el protagonista enseña a cámara uno a uno todos los productos que acaba de comprar, hablando de los detalles de cada uno de ellos, a modo de pequeña reseña. Hay muchos tipos de hauls: por categorías o tipo de productos, de temática variada, cortos, extensos… Pero lo más habitual es que se circunscriban a moda, maquillaje, accesorios o productos de decoración.

Este tipo de vídeos suelen tener mucha audiencia, lo que ha propiciado que los creadores recurran a ellos con frecuencia. Según Google Trends, el término llegó a su máximo en febrero de 2021, justo después de las rebajas. Si en 2013, según BuzzFeed, la suma de reproducciones de hauls ya superaban al conocido Gangnam Style, podemos hacernos una idea de lo exponencial de su popularidad.

Teniendo en cuenta de la mayoría de los hauls se circunscriben al ámbito de la moda y sabiendo que, aproximadamente, cuatro de cada diez prendas de ropa que se compran no llegan a estrenarse, son un ejemplo perfecto de los dilemas que representa la fast fashion cuando hablamos de sostenibilidad: sabemos que el modelo es dañino, pero nos gusta consumirlo. «Vivimos inmersos en un sistema capitalista en donde cuanto más se tenga mejor, y en el que, además, se fomenta lo novedoso. Comprar cosas nuevas y abrir paquetes nos genera una emoción positiva. Enseñarlas es otra fuente de satisfacción. Que las vea todo el mundo es una forma más de darle un sentido a las compras compulsivas. Porque si otros no lo ven, entonces, ¿para qué lo compras?», explica Alexandra Lores, redactora de Vogue.

La cantidad de ropa comprada en la Unión Europea por habitante ha aumentado en un 40% desde mediados de los noventa y, entre otros problemas medioambientales y de explotación laboral, solo el sector textil supone alrededor del 10% de las emisiones a nivel mundial. Las marcas, sabedoras de la popularidad de los hauls envían ropa a los youtubers para que las enseñen en sus canales, prendas que muchas veces ni se utilizan ni se devuelven, comportamientos que, por imitación, han ido calando entre quienes compran online.

¿Cómo afecta esto a las marcas y a las tendencias de consumo, como por ejemplo el auge de la segunda mano? ¿Se acabará con el marketing de influencers? Si te interesa, no puedes perderte este reportaje en profundidad de Juanjo Villalba en Yorokobu.

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