Las claves de la fortaleza mental de Rafa Nadal

Además de la preparación física, entrenar los valores y la concentración es clave para triunfar en el deporte de élite… y en la vida cotidiana. Aunque no todos juguemos en Roland Garros, hay algunas claves para trabajar la fortaleza mental que se pueden aplicar más allá de la tierra batida. Rafa Nadal, uno de los mejores deportistas españoles de todos los tiempos, da sus trucos en Mejor Conectados.  


Según los datos que manejan desde la Real Federación Española de Tenis, a finales de 2021, en España había alrededor de tres millones de personas que juegan al tenis con frecuencia. De ellas, unas 80.000 estaban federadas, lo que supone un incremento de casi un 15% respecto al año anterior. En estas cifras, tiene mucho que ver el momento dulce que vive el deporte en España, sobre todo, por un nombre propio elevado a la categoría de mito viviente del deporte español: Rafa Nadal.

Aunque haya miles de personas que juegan al tenis, como él solamente hay uno. Con más de una veintena de títulos de Grand Slam –incluidos 13 Roland Garros, de momento– 5 Copas Davis y un oro olímpico, además de un Premio Príncipe de Asturias, entre otros, su palmarés es simplemente apabullante. Además de sus condiciones físicas, hay algo que hace a Rafa Nadal ser Rafael Nadal: su fortaleza mental y su capacidad de concentración. «Me exijo siempre tener un buen comportamiento, esforzarme y estar ahí hasta el final», explica en una de las entrevistas de Mejor Conectados, una plataforma de contenidos y pódcast impulsada por Telefónica.

Para el manacorí, el camino de preparación se inicia cuando eres pequeño, en casa, mucho antes de convertirse en un deportista de élite. Perseverancia, compañerismo, amistad, superación… Valores que van calando a nivel personal y profesional. «Las personas que he tenido al lado, sobre todo mis padres y mi tío, al comienzo de mi carrera no me hubieran permitido en ningún momento tener una actitud negativa en la pista, ni gritar ni romper raquetas. Si lo hubiera hecho, no habría jugado el siguiente torneo, y eso es una realidad. Ahora, años después, soy yo el que no se permite tener ese tipo de comportamientos», subraya.

Aunque entonces se ponga una base, esas cualidades mentales hay que trabajarlas al igual que se entrena el cuerpo. Para él, se trata de ir cada día a entrenar con un objetivo claro de mejorar, de controlar la frustración en cada momento, aunque haya días complicados. «No creáis que yo a veces no tengo ganas de reventar la raqueta en diez trozos. Es imposible estar siempre positivo, y claro que me frustro cuando las cosas no van bien, pero por eso es importante tener capacidad para el autocontrol», cuenta. Lecciones muy útiles para el día a día, a nivel personal o profesional.

Resiliencia, superación y autocontrol como clave del éxito, no solo en el tenis

«Dentro de la pista, tengo que estar preparado para controlar mis emociones. Tengo nervios, y hay momentos que los controlo mejor que otros, pero de alguna manera tengo que tener la cabeza fría para analizar las cosas con la perspectiva adecuada. Aunque a veces no salga bien, no suelo cometer demasiados errores de decisión», reconoce.

Además de no cometerlos, tiene una especial capacidad de concentración y de resiliencia. La remontada en la final del Open de Australia ante Medvedev da fe de ello. «Es un tipo que juega siempre como si estuviera arruinado», dijo de él el tenista Jimmy Connors. Y, en eso, probablemente esté la clave de su éxito. «Casi nunca he perdido un partido por exceso de confianza. Es una cuestión de respeto al rival y al deporte en sí. Cuando uno está dentro de la pista, cualquier cosa puede suceder, desde una lesión a que el rival se ponga a jugar muy bien y tú empieces a cometer errores», explica Nadal.

Esa fortaleza mental que se desprende de las palabras del tenista es algo que puede trabajarse. No es un proceso sencillo, pero permite lidiar con el estrés, la inseguridad y los retos diarios que afrontamos en la vida cotidiana. Tampoco existe una rutina de entrenamiento como si fuera una tabla del gimnasio, pero sí algunos consejos que se pueden aplicar. Huir del ruido, de la incapacidad y de las voces negativas que te dicen que no puedes lograr algo, pensar en lo que hemos conseguido y no en lo que tenemos aún por delante o aprender a identificar y ordenar nuestras emociones son algunos de ellos.

También es fundamental no gastar energía en aspectos que se escapan de tu control, enfocarse en las soluciones, como intenta hacer Nadal. «El tenis es un constante ‘aquí y ahora’. Los partidos cambian de manera drástica dependiendo de los momentos y las oportunidades que uno es capaz de aprovechar o no», subraya el tenista, que cree que la regularidad deportiva de grandes profesionales de élite depende, precisamente, de saber controlar bien esos momentos. En su caso, confiesa que lleva desde pequeño trabajando bajo presión de la mano de su tío y entrenador, el también tenista Toni Nadal. «Ese estado de alerta permanente es bueno en el 90% de los casos. Te hace ganar muchísimos partidos, pero también te genera muchas dudas con respecto a tus rivales, por lo que tienes que trabajar en tener una visión clara», puntualiza en la versión completa de la entrevista de Mejor Conectados.

Trabajo en equipo para saber jugar, saber ganar y saber perder

Tener una visión clara y controlar esos pensamientos negativos –y los positivos– es fundamental para no caer en la trampa de pensar que un partido está ganado de antemano. «Cuando compito estoy en estado de alerta. Es un discurso interno que tengo muy trabajado a nivel mental y tenístico: no dejarme ir, buscar en todo momento la solución y disfrutar, de alguna manera, del proceso de superación. Decirme “las cosas están difíciles, vamos a ver hasta dónde aguanta el rival”. No ponerle las cosas fáciles», explica. Y, tal y como lo cuenta, parece sencillo, pero no lo es. «Aunque pierda el partido, es mi forma de entender el deporte: puedo perder, pero si mantengo ese pensamiento, me voy a casa satisfecho».   

De hecho, muchos profesionales del ámbito del deporte consideran precisamente la fortaleza mental de Nadal tanto en las victorias como en las derrotas como una de las grandes claves de su éxito. «Las capacidades mentales se poseen y se entrenan. En su caso, la predisposición y el entorno, como la familia o los entrenadores, le permiten competir en unas condiciones óptimas. Ha sabido en todo momento diferenciar el ganar y el perder. Cuando pierde dice cosas más interesantes que cuando gana, ya que reflexiona y aprende», explicaba el psicólogo deportivo Pablo del Río en una entrevista.

Sin embargo, tampoco se puede obviar que, aunque estés solo con tu raqueta en la pista frente al rival, cientos de gargantas te jalean en la grada, y millones lo hacen al otro lado del televisor. Y se mezclan las expectativas que los demás tienen en ti con las que pones tú sobre ti mismo. «Claro que juego para la gente que me anima, pero la autoexigencia que tengo conmigo mismo normalmente supera a la que me puedan generar los demás y, como siempre ha sido tan alta, no me ha generado un extra de presión», confiesa en Mejor Conectados. Tiene la conciencia tranquila: «Cuando uno hace todo lo que puede hacer, no está obligado a nada más. Mi exigencia siempre es esforzarme, tener un buen comportamiento y estar ahí hasta el final. Cuando las cosas van bien, fantástico; si no, te quedas triste, pero sabiendo que has hecho todo lo que has podido. Si el otro ha sido mejor, le felicitas y a trabajar para ser el mejor la próxima vez».

Aunque sea un deporte individual, en la preparación física y mental el tenista nunca está solo. Entrenadores, fisioterapeutas, preparadores, amigos… Todos ellos juegan un papel fundamental para evitar la soledad, pero también para ayudar a tomar decisiones que ayuden a mantener el foco. «Es muy importante tener gente de confianza al lado, gente que sepas que quieren lo mejor para ti», cuenta el tenista, que subraya la importancia de dejarse ayudar. Pone un ejemplo: mientras en un deporte de equipo es el club quien paga tanto a los jugadores como al entrenador, que cumple el rol de jefe, en tenis el jugador es quien paga a su entrenador y al equipo, por lo tanto, es el que manda. «Si no haces sentir a las personas que tienes alrededor que son libres de poderte decir las cosas, ya sean buenas, malas u horribles, sin poner en riesgo su puesto de trabajo, no te estás dejando ayudar. Si no tienes la humildad como para querer oír lo que no te gusta, es difícil que sigas por el buen camino», aconseja.

Esas lecciones que se aplican sobre la pista también son válidas al salir de ella, seas o no un deportista de éxito, te llames Pau Gasol, Rafa Nadal, Lydia Valentín, Carolina Marín o Javier Gómez Noya. La más importante es que, siempre, la lucha por conseguir el objetivo es innegociable: «Más allá del resultado final, aunque sea negativo, el esfuerzo siempre vale la pena. En el camino siempre habrás aprendido cosas y, sobre todo, al terminar te llevarás la satisfacción personal de haber hecho todo lo que estaba en tus manos para que las cosas salieran de la mejor manera posible. Cuando eso sucede, el resultado final deja de ser tan importante», concluye.

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