Innovación azul para combatir la sequía

La sequía es una de las caras más duras de la emergencia climática, especialmente en España. Volver la mirada al campo y al mar es clave para intentar combatirla: aquí algunos proyectos que ya están trabajando para proteger y regenerar el agua.


En el contexto de emergencia climática en el que nos encontramos, la sequía es uno de los problemas más graves a los que nos enfrentamos, especialmente en nuestro país: la Península Ibérica es uno de los territorios más vulnerables a los efectos que producirá la escasez de agua.

El aumento de las temperaturas, la escasez de lluvia y, por lo tanto, la ruptura del ciclo del agua es una realidad que, si no ponemos solución, cada vez será más frecuente. Una muestra es la sequía que atraviesan algunas zonas España y que se arrastra desde hace más de un año. Para combatir este problema, han nacido proyectos para abrazar la eficiencia con el fin de conservar mejor el agua empleando recursos existentes y métodos tradicionales.

Estos proyectos se pueden enmarcar en una re-revolución que está ayudando a combatir la sequía en un momento de alerta extrema. Si 2023 fue el segundo año más cálido de toda la serie histórica –solo por detrás de 2022–, también fue uno de los más secos, convirtiéndose en el sexto desde 1961 y el cuarto en lo que va de siglo XXI.

Para evitar que el futuro sea cada vez menos verde y más árido, el buen uso del agua y de las precipitaciones es fundamental. En esa misión, la agricultura siempre ha sido vital: una buena conservación del entorno natural, de la mano de una eficiente recolección de materias primas, han permitido el desarrollo humano a lo largo de los siglos. Un ejemplo: la última temporada de recolección de aceite de oliva, el oro líquido de España, es peor que las cuatro anteriores. Apenas han recogido 765.300 toneladas de aceitunas, un 34% menos que los periodos señalados.

En este punto es donde entran los proyectos que hacen del campo la revolución contra la sequía a través de ideas que recogen lo tradicional y lo transforman para un uso vanguardista del agua. Markos Gamboa, asesor en agroecología y permacultura –un sistema para aprovechar la naturaleza con sus propias herramientas–, señala la clave de bóveda de todas estas iniciativas: «Hoy en día consumimos más energía de la que generamos. Por eso, los proyectos de permacultura tienen que ir en sentido contrario».

Los caminos del agua

La permacultura es la gran meta contra el cambio climático y la sequía. «Esto es lo que necesita el sector primario para hacer diseños integrales que racionalicen los recursos», apunta Gamboa. Diseños que hacen del campo un vector de desarrollo, como es el caso de la llamada Línea Clave o Keyline. Desarrollada en Australia en los años 50 por Percival Alfred Yeomans, su idea es sencilla a la vez que revolucionaria: dibujar caminos para el agua.

Como la lógica que sigue un río cuando surca la tierra en busca del mar, la línea clave plantea la posibilidad de dibujar sobre el terreno, aprovechando su orografía, redes y cauces para que el agua de la lluvia llegue de la forma más uniforme posible a todo el terreno que sea tratado con esta técnica. Jesús Ruiz es el experto que ha importado la técnica a España: «No existe el diseño perfecto, sino el que se mejora a través de la experiencia».

Línea clave. Foto: Jesús Ruiz.

Esa experiencia es la que permite convertir una zona de vaguada en un terreno ideal para desalojar el agua convirtiendo en fértil la tierra utilizando sus propios recursos y sin malgastarlos. Por ejemplo, en un entorno con una vaguada y dos laderas, las líneas clave se dibujarán sobre la tierra –con maquinaria específica– de modo que las precipitaciones se queden más tiempo en el suelo a través de las laderas para generar un ecosistema y no se vayan exclusivamente por la propia vaguada. «Si además se incluye a los animales para hacer un uso holístico del terreno, los resultados son mucho mejores», apunta Ruiz.

Esta técnica permite que el ciclo del agua sea mucho más eficaz porque lo que cae del cielo se queda en el suelo y genera la vegetación que se utiliza para la agricultura, que al mismo tiempo puede tener usos en espacios urbanos. A mayor vegetación, mayor probabilidad de precipitaciones, por lo que con este planteamiento la sequía no solo se combate por un uso racional del agua, sino por la posibilidad de aumentar las lluvias al enriquecer el suelo y todo a través de una idea tradicional que usa recursos de bajo coste.

Mirar al mar

Aunque si se trata de utilizar recursos ya existentes, proyectos como el de Agua+S, impulsado por la Universidad de Málaga (UMA), le dan otro sentido a esa posibilidad. Se trata de una idea que permite desalar el agua del mar y, al mismo tiempo, generar energía verde para que el método sea autosuficiente. Es decir, combatiendo la sequía y mejorando la eficiencia energética para ahorrar costes.

El método es tan revolucionario como sencillo: una planta desaladora en el mar, un sistema de bombeo a través de un río y una planta fotovoltaica junto al embalse al que vaya a parar esa agua para que el sistema sea capaz de generar la energía que necesita. Francisco Guzmán, doctor en Ingeniería por la UMA, tiene claro que el ser humano «no puede morirse de sed cuando está rodeado de agua». Y menos en zonas como precisamente Málaga.

De esta forma, a través de lo que él mismo califica de puzle, su equipo empezó a desarrollar el proyecto que no solo hace uso de una infraestructura ya conocida, sino que utiliza la domótica para aumentar, si cabe, la eficiencia porque hace falta mucha energía para desalar el agua del mar. Para abaratar costes, utilizan el sistema KNX, un protocolo internacional de comunicación en red para aparataje inteligente. «Si ya tenemos móviles con cámara, micrófono y pantalla, ¿para qué usar más elementos?», apunta Guzmán.

Además, Agua+S asume la premisa de que, si llueve, la desaladora no sería necesaria, pero si se utiliza la energía renovable, sigue teniendo uso porque es autosuficiente y la energía podría incluso utilizarse para otros fines. Un proyecto coral que combate la falta de agua en zonas que, paradójicamente, la tienen muy cerca, y da respuesta a un futuro en el que las necesidades energéticas sigan incrementándose: la nueva revolución azul del mundo contra un destino árido.

SUSCRÍBETE A NUESTRA NEWSLETTER

Igluu, con su consentimiento, tratará sus datos para enviarle la newsletter. Para el envío se utiliza MailChimp, ubicado fuera de la UE pero acogido en US EU Privacy Shield. Puede ejercer sus derechos de acceso, rectificación o limitación, entre otros, según indicamos en nuestra Política de privacidad.