Pensar en el diseño: el auge de lo pequeño

Incluso los más inteligentes pueden sentirse ineptos al no saber qué interruptor de la luz o del horno hay que encender, o si hay que empujar, tirar o deslizar una puerta. La culpa no la tenemos nosotros, sino quienes crean los objetos ignorando las necesidades de los usuarios y los principios de la psicología cognitiva. En El diseño de las cosas cotidianas (Capitán Swing), Don Norman elabora una guía para demostrar que crear objetos buenos, bonitos y usables es posible (y no es tan difícil como parece). Aquí te dejamos un fragmento.


El diseño solo tiene éxito si el producto final tiene éxito: si la gente lo compra, lo usa y lo disfruta, y con ello hace correr la voz. Un diseño que la gente no adquiere es un diseño fallido, da igual lo genial que pueda considerarlo el equipo de diseño.

Los diseñadores tienen que hacer cosas que satisfagan las necesidades de la gente, en términos de funciones, en términos de ser entendibles y usables, y en términos de su capacidad para ofrecer satisfacción emocional, orgullo y deleite. En otras palabras, el diseño ha de pensarse como una experiencia integral.

No obstante, los productos de éxito necesitan más que un diseño fantástico. Tienen que poderse producir con fiabilidad, con eficacia y dentro del calendario. Si el diseño complica los requisitos de ingeniería tanto que no puede llevarse a cabo dentro de las limitaciones de costes y de calendario, será un diseño fallido. De manera similar, si el equipo de fabricación no puede generar el producto, el diseño será fallido.

[…] La tecnología cambia constantemente. Muchos cambios son para bien; otros muchos, no. Toda la tecnología puede usarse de formas que sus inventores nunca pretendieron. Un avance emocionante en este sentido es lo que yo llamo «el auge de lo pequeño».

El auge de lo pequeño

Sueño con el poder de los individuos (ya sea en solitario o en grupos pequeños) para dar rienda suelta a su espíritu creativo, su imaginación y su talento en pos de desarrollar una amplia variedad de innovaciones. Las nuevas tecnologías prometen hacer esto posible.

Ahora, por primera vez en la historia, los individuos pueden compartir sus ideas, sus pensamientos y sus sueños. Pueden generar sus propios productos, sus propios servicios, y ponerlos a disposición de cualquier persona del mundo. Cualquiera puede ser su propio maestro, ejercer todos los talentos especiales que tenga y poner en práctica todos sus intereses.

¿Qué impulsa ese sueño? El auge de lo pequeño: pequeñas herramientas eficaces que empoderan a los individuos. La lista es amplia y no para de crecer. Pensemos en el auge de las exploraciones musicales usando instrumentos convencionales, electrónicos y virtuales. Pensemos en el auge de la autopublicación, saltándose a editoriales, imprentas y distribuidores convencionales para sustituirlos por ediciones electrónicas baratas, disponibles para que cualquier persona del mundo pueda descargarlas en lectores de libros electrónicos.

Podemos observar la irrupción de miles de millones de vídeos pequeños, disponibles para todo el mundo. Algunos son sencillamente para autorrecrearse, otros son de lo más educativos, algunos son de humor y otros son serios. Cubren todo tipo de ámbitos, desde cómo hacer spätzle hasta cómo entender las matemáticas, o sencillamente cómo bailar o cómo tocar un instrumento musical.

Algunas grabaciones son puro entretenimiento. Las universidades están también entrando en escena, y comparten planes de estudios enteros, con vídeos de clases incluidos. Los universitarios publican sus trabajos de clase en formato de vídeo y de texto, lo que permite al mundo entero beneficiarse de sus esfuerzos. Pensemos en ese mismo fenómeno en el campo de la escritura, de la narración de acontecimientos y de la creación de música y de arte.

Añadamos a esas posibilidades la disponibilidad inmediata de opciones baratas de motores, sensores, computación y comunicación. Pensemos ahora en el potencial de todo ello cuando aumente el rendimiento de las impresoras 3D y disminuya su precio, lo que permitirá a los individuos fabricar objetos personalizados siempre que lo necesiten. Los diseñadores de todo el mundo publicarán sus ideas y sus planos, permitiendo así el surgimiento de industrias totalmente nuevas de producción personalizada en masa. Podrán fabricarse cantidades pequeñas igual de baratas que las grandes cantidades, y los individuos quizá incluso diseñen sus propios artículos o confíen en un creciente número de diseñadores autónomos que publiquen planos que luego puedan personalizarse e imprimirse en establecimientos de barrio con impresoras 3D o en las propias casas.

Pensemos en el auge de especialistas que ayudan a planificar comidas y a cocinarlas, a modificar diseños para que se ajusten a las necesidades y las circunstancias concretas, y que son capaces de dar consejos en una amplia variedad de temas. Los expertos compartirán su conocimiento en blogs y en la Wikipedia, todo de manera altruista, con la recompensa de los agradecimientos de sus lectores.

Sueño con el renacimiento del talento, con gente empoderada que crea y utiliza sus capacidades y sus dones. Algunos quizá busquen la seguridad y la estabilidad de trabajar para organizaciones. Otros quizá deseen fundar nuevas empresas. Algunos querrán hacerlo como hobby. Otros se asociarán en pequeños grupos y cooperativas, la mejor opción para reunir las diversas competencias requeridas por la tecnología moderna, para ayudar a compartir su conocimiento, para aprender unos de otros y para conformar una masa crítica siempre necesaria, incluso para proyectos pequeños. Algunos quizá ofrezcan sus servicios para facilitar las aptitudes necesarias en proyectos grandes, pero conservando su libertad y su posición de autoridad.

En el pasado, la innovación se dio en las naciones industrializadas y, con el tiempo, todas esas innovaciones fueron haciéndose más potentes, más complejas, y muchas se llenaron de funciones. La tecnología antigua se cedió entonces a las naciones en vías de desarrollo. El coste para el medio ambiente raras veces se tuvo en cuenta. Pero ante el nacimiento de lo pequeño, con tecnologías nuevas, flexibles y baratas, el poder está cambiando. Actualmente, cualquier persona del mundo puede crear, diseñar y fabricar. Las naciones recién desarrolladas están entrando en posiciones de ventaja, diseñando y construyendo por sí mismas y para sí mismas.

Además, por necesidad, desarrollan dispositivos avanzados que exigen menos energía, que son más sencillos de hacer, de mantener y de usar. Desarrollan procedimientos médicos que no necesitan refrigeración ni un acceso constante a la electricidad. En vez de utilizar tecnología de segunda mano, sus resultados añaden valor para todos nosotros: llamémoslo tecnología de primera mano.

Con el auge de la interconexión global, la comunicación global, un diseño potente y unos métodos de fabricación al alcance de todos, el mundo está cambiando rápidamente. El diseño es una potente herramienta para anular desigualdades: lo único que se necesita es observación, creatividad y mucho trabajo. Cualquiera puede hacerlo. Con un software de código abierto, impresoras 3D baratas y de código abierto e incluso una formación de código abierto, podemos transformar el mundo.

Al cambiar el mundo, ¿qué permanece igual?

Cuando se producen cambios masivos, hay una serie de principios fundamentales que permanecen inalterados. Los seres humanos siempre han sido seres sociales. La interacción social y la capacidad para mantenerse en contacto con gente de todo el mundo, a través del tiempo, permanecerán entre nosotros. Los principios del diseño de este libro no cambiarán, pues los principios de la detectabilidad, de la retroalimentación y del poder de las prestaciones, los significantes, el mapeo y los modelos conceptuales siempre seguirán vigentes. Incluso las máquinas totalmente autónomas y automáticas seguirán estos principios en sus interacciones. Nuestras tecnologías quizá cambien, pero los principios fundamentales de la interacción son permanentes.


Sigue leyendo en El diseño de las cosas cotidianas, de Don Norman (Capitán Swing).

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