¿Es rentable comprar un coche eléctrico? ¿Hay suficientes puntos de carga? ¿Me dejará tirado en la carretera? ¿Cuánto tiempo se tarda en cargarlo? Si estás planteándote jubilar tu antiguo coche y pasarte al eléctrico, seguro que te has hecho estas preguntas. Aquí van algunas de las respuestas para ayudarte a poner todas las opciones en la balanza.
Que el futuro de la movilidad va a ser eléctrica es una verdad que ya no tiene discusión. En la Unión Europea, en el año 2035 estará prohibida la venta de vehículos de combustión, y su circulación se verá restringida para 2050 con motivo del ambicioso objetivo de lograr la neutralidad en carbono del continente.
Las firmas de automóviles ya están en plena transición eléctrica y, poco a poco, irán dejando de fabricar motores de gasolina y diésel hasta lograr que todo su portfolio sea sostenible. Aunque sobre la mesa están otras energías alternativas como el hidrógeno verde, pero todo parece indicar que este combustible tan solo se utilizará para grandes medios de transporte como camiones, barcos o aviones.
Comprar hoy un coche eléctrico es una decisión que hay que meditar con muchos aspectos a tener en cuenta. Nos encontramos en un punto de inflexión en el que antiguos mitos pesan bastante, los precios continúan siendo más elevados que los de los vehículos a combustión y aún hay un margen de casi treinta años para que el cambio sea total. Sin embargo, conociendo las dimensiones de la emergencia climática y la urgencia de actuar, pasarse al eléctrico es una buena forma de contribuir a reducir las emisiones. Aquí van algunas cuestiones para intentar arrojar algo de luz.
¿Cuánta autonomía tiene un coche eléctrico?
Si tu temor es que el coche te deje tirado en medio de la carretera, no tienes por qué preocuparte. En la actualidad, un coche eléctrico de gama media puede recorrer sin recargar una distancia entre 250 y 600 kilómetros. Eso sí, la autonomía real de la batería será un poco más baja si tenemos en cuenta las recomendaciones de los fabricantes, que aconsejan no recargar la batería al 100%, ni dejar que se vacíe del todo.
Por otro lado, también debes considerar que la vida útil de la batería se va gastando con los años. Según los estudios de los concesionarios, una batería de ion-litio actual suele perder el 2,3% de su capacidad en un año. Dicho de otro modo, esto supondría que en poco más de una década la batería habría perdido el 30% de su rendimiento, por lo que esa sería la fecha límite en la que sería aconsejable cambiarla por una nueva.
¿Cuánto tiempo tardaré en cargarlo y dónde podré hacerlo?
Esta es quizá la cuestión más controvertida, al menos en España. En nuestro país estamos muy por debajo de la media europea en cuanto a cargadores en la red pública. A fecha de 2022, tan solo contamos con unos 13.000 puntos de carga, de los cuales el 83% son de carga semirápida (menos de 22 kW) y el 17% de carga rápida (50kW-250kW) y ultrarrápida (más de 250kW). En cuanto a su ubicación, más de la mitad se encuentran dentro de las ciudades.
Sin embargo, si te planteas pasarte al eléctrico y esto es lo que más te preocupa, tienes que saber que se está trabajando ya para revertir la situación. El objetivo es que nuestro país multiplique por siete la red pública de puntos de carga para 2023 y que se alcance la cifra de 100.000 estaciones. Un reto bastante ambicioso y que, siendo realistas, todo apunta a que no se conseguirá hasta 2025.
Sin depender de esta red, siempre puedes cargar la batería del coche eléctrico desde casa con un sencillo y asequible adaptador que, por menos de 150 euros, te permitirá completar una carga durante la noche (5-8 horas). En el caso de que necesites recargar fuera de tu domicilio en uno de los puntos mencionados anteriormente, el tiempo estimado de carga será de 1’5 a 3 horas para los puntos semirápidos, de 15 a 30 minutos en los rápidos y menos de 15 minutos para los ultrarápidos.
¿Es más barato que un coche de combustión?
Otra de las preguntas controvertidas y con muchas y variables respuestas. Según un informe de la OCU de hace un año, repostar en un punto de carga rápida público puede salir más caro que repostar con los combustibles convencionales… Pero ahora con la subida exponencial de la gasolina y la luz la cuestión vuelve a replantearse.
El informe, tras analizar el precio de la carga en el domicilio particular y los precios de 50 puntos de carga rápida públicos repartidos por distintas regiones de la geografía española, llegó a la conclusión de que el precio de la electricidad en estos puntos de carga es bastante elevado. En concreto, cuando se realizó el estudio el precio de la electricidad en aparcamientos privados era de entre 0,08 y 0,16 €/kWh –en función de si es tarifa nocturna o valle– y de 0,30 y 0,79 €/kWh en estaciones públicas de carga rápida.
Para el estudio, la OCU hizo un viaje de Madrid a Barcelona con un coche de gasolina y otro eléctrico para así tener un modelo real de las conclusiones extraídas del comentado estudio. Teniendo en cuenta que el coche no fue cargado en la vivienda, el vehículo eléctrico necesitó de dos paradas en estaciones de carga rápida, pagando unos 16 euros cada 100 km (0,79 €/kWh con la empresa Ionity), mientras que el coche a gasolina tan solo necesitó de una parada para llenar el tanque a coste de 10 euros cada 100 km.
Ahora mismo, con una crisis energética y un conflicto bélico en marcha que marca y determina tanto los precios de la luz como del combustible, esta cuestión es aún más variable: si la luz ha casi duplicado su precio en el último año, también lo han hecho los carburantes. Hoy, por ejemplo, llenar el depósito es más de diez euros más caro en marzo de 2021.
Cómprate un coche eléctrico si vas a moverte por ciudad
Con todo lo analizado, la conclusión es que, al menos si vas a moverte sobre todo por ciudad, sale rentable comprarse un coche eléctrico. Si no es así, hay otros elementos que introducir en la ecuación y que están marcados por las deficiencias de la red de carga eléctrica por todo el territorio que, aunque está previsto ir subsanando, hoy aún existen.
Sin embargo, si vas a usar el coche tan solo para moverte por la ciudad o para trayectos ‘cortos’ en carretera, pues los grandes viajes los realizas en otros medios de transporte como el tren o el avión, el vehículo eléctrico es una opción muy a tener en cuenta. A largo plazo, sale más barata y no hay problema para cargar el coche en casa o utilizar los puntos de la red pública urbana.
En definitiva, es un cambio en el presente, pero que mira a futuro por razones que van más allá de las climáticas o energéticas. Además de que se irá aumentando progresivamente el uso de las energías renovables y se debate en Europa medidas para fijar precios máximos de la electricidad, en menos de un lustro nuestro país contará con estaciones de carga rápida suficientes para recorrer grandes distancias y el precio de los vehículos de este tipo tenderá a bajar, aunque hoy por hoy los fabricantes ya ofrecen modelos bastante asequibles y existen diversas ayudas para fomentar su compra.